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Blas de Lezo. Una vida al servicio de España

DESPERTA FERRO
11 / 2025
9788412984675
Castellano
Ilustrados
1
ESPAÑA
Últimos 60 días

Sinopsis

Hay hombres de una pieza, aunque la vida los haya deshecho en pedazos, aunque con quince a?os âÇôni?o apenasâÇô les hayan aserrado una pierna, aunque una esquirla de un ca?onazo les perfore un ojo y aunque una bala de mosquete les deje inútil la mano derecha. Injusto, pero muy propio de ese humor negro tan espa?ol, es llamar a alguien as¡ «medio hombre», cuando con su entereza y sus actos demostró serlo con creces.
En este libro profusamente ilustrado por los pinceles de consagrados artistas como Pablo Outeiral o Augusto Ferrer Dalmau, una exhaustiva cartograf¡a marca de la casa y una exquisita selección de imágenes de época, el reconocido experto en historia naval Guillermo Nicieza Forcelledo homenajea a Blas de Lezo y Olavarrieta, uno de los marinos de guerra más famosos de la historia de Espa?a, desde su infancia en Pasajes de San Pedro y su formación naval en la Marina Real francesa âÇôdonde tuvo su bautismo de fuego y recibió su primera herida, en la batalla de Vélez-MálagaâÇô hasta el cénit de su carrera en la imposible y heroica defensa de Cartagena de Indias. Con el nacimiento de la Real Armada espa?ola, se destacó durante el asedio de Barcelona como prometedor capitán de fragata. Su primer destino como capitán de mar y guerra le llevó al mar del Sur, en misiones contra la pirater¡a inglesa en las costas del Perú. Regresó a la Pen¡nsula para participar en las denodadas reconquistas de Orán y Mazalquivir, para después defender brevemente la Carrera de Indias y ser de nuevo destinado a América, al reino de Nueva Granada, cuyo apostadero estaba en Cartagena. All¡, el ya teniente general Blas de Lezo hubo de dar batalla a la invasora escuadra británica de Edward Vernon, primero desde su nav¡o insignia, el Galicia, y luego desde la propia ciudad. Sucesivos y encarnizados ataques chocaron contra la férrea defensa dirigida por Lezo y el virrey Sebastián de Eslava y, a la postre, los británicos hubieron de retirarse con el rabo entre las piernas. Las medallas conmemorativas que Vernon se hab¡a apresurado a encargar, anticipando una victoria que no fue, quedaron para quincalla. El precio, empero, fue alto para don Blas: enfermo de tifus, falleció apenas cinco meses después, y, defenestrado debido a sus rencillas con el virrey, fue destituido de forma póstuma. Sin embargo, la memoria de Cartagena rehabilitó pronto su figura, hasta la actualidad, honrado por los buques de la Armada espa?ola que llevan su nombre y por su recuerdo en el sentir popular.
Cojo, tuerto y manco, pero de una pieza: Blas de Lezo, una vida al servicio de Espa?a.

PVP
28,95