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El poeta asesinado

Apollinaire, Guillaume Tradución: Hortoneda Sanromá, Manuel
BARATARIA
02 / 2012
9788492979172
Castelán
BARBAROS
Narrativa

Sinopse

Como Orfeo, todos los poetas estaban en peligro de tener una mala muerte. En todas partes los editores habían sido saqueados y las antologías de versos quemadas. En todas las ciudades se producían masacres. Por el momento la admiración universal iba dirigida a ese Horace Tograth, que desde Adelaida (Australia) había desencadenado la tempestad y parecía haber destruido para siempre la poesía. En aquel instante Croniamantal se adelantó hasta Tograth y apóstrofó a la masa: -¡Canallas, asesinos! Estallaron carcajadas. Alguien gritó: -¡Al agua con ese gilipollas! -Canalla, ríete de mí, que tus alegrías están contadas porque una a una te las irán quitando. ¿Y sabes, populacho, quién es tu héroe? Tograth sonreía y la masa callaba atenta. El poeta prosiguió: -Tu héroe, populacho, es el Tedio que trae la Desdicha. Guillaume Apollinaire (Roma, 1880 - París, 1918) pasó su infancia entre Roma, Mónaco (donde estudió) y París. Desde 1902 trabajó como crítico y defendió las nuevas tendencias, como el cubismo de sus amigos Picasso y Braque y el fauvismo de Henri Matisse. En 1909 publicó El encantador en putrefacción, basado en la leyenda de Merlín. Sus poemarios Bestiario o el cortejo de Orfeo (1911) y Alcoholes (1913) reflejan la influencia del simbolismo. Ese mismo año apareció el ensayo crítico Los pintores cubistas. Al estallar la guerra de 1914, se alistó y fue herido de gravedad en la cabeza en 1916. ¿Cuál es la forma de expresión más apropiada a las aspiraciones literarias contemporáneas: verso libre o clásico, poesía o prosa, teatro, poema o novela? Todas son formas excelentes. Pienso que no debo sacrificar una para dedicarme sólo a otra. ¿Está usted por el arte de la construcción, de las líneas sobrias y de las palabras esenciales, o por el arte del anecdotario lírico, intuitivo, rico de imágenes, de adjetivación? Estoy por el arte de la fantasía, del sentimiento y del pensamiento lo más alejado posible de la naturaleza, con la que no debe tener nada en común. Es, creo, el arte de Racine, de Baudelaire, de Rimbaud. ¿Es la razón quien debe construir el atrio claro y ventilado del arte moderno, o la pasión, que edificará la catedral del sueño, del incienso y de la penumbra? Esa pregunta me hace plantearme otra: ¿eran Pascal y Goethe hombres de razón o de pasión? ¿Está usted por el arte de la luz y de la precisión distribuidas con regla o por el arte de la penumbra y de la salmodia creado por la mística intuitiva? Eso que llama usted el arte de la penumbra y de la salmodia creado por la mística intuitiva me inspira un rechazo insuperable. ¿La primavera occidental debe nacer de la razón o de la mística? El arte nace donde puede. entrevista a Apollinaire Revue Littéraire de Paris et de Champagne septiembre de 1906

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